jueves, julio 19, 2007

DIARIO

Había pasado tanto tiempo sin escribir ni un puñado de palabras, que ahora, ahora que por fin podía sentarse ante el cuaderno, en lugar de escribir, se colgaba escuchando las canciones de Sabina que sonaban de fondo, más allá del azar y de la muerte, como alguna vez había dicho el viejo Borges. Y, sin embargo….
Sin embargo una inefable confianza nacía bajo sus dedos mientras garrapateaba algún vocablo, alguna idea. “LA NOVELA”, obvio, la novela. Era eso lo que rondaba su cabeza. O sea, ponerse a escribir una novela, pero lo exótico era que para escribir esa novela, Gómez sabía (creía) que debía necesariamente abandonar casi toda actividad que no fuera ésa, la escritura, en casi todos los órdenes de su vida. Para escribir debía dejar de ser padre, marido, trabajador, humano. Dentro de su curiosa monomanía, Gómez alimentaba una superstición propia: esa que le decía que, si escribía, si se dedicaba exclusivamente a eso, a emborronar papeles y hojas sueltas, toda otra actividad de su vida quedaría abortada de cuajo, porque una invisible pero insoslayable sensación de absurdo la volvería inconsútil, inútil, innecesaria.
Pero bueno, Gómez pensaba todo esto envalentonado por el medio litro de vino blanco que, a sorbos, había ido agregando a esa fosa sin fin que parecía ser su estómago.


Bah, ya no podés escribir nada, puto.

(No creas, hijo de puta. No creas.)


Algo que de verdad extraño es la poesía. A ella sí la extraño.

Acaso deba, como hace años que no hago, empezar a leer filosofía. Acaso.

Siento la necesidad de explorar, en lo que respecta a la vida intelectual, zonas que (y espero que se entienda esto que digo) encuentren una confirmación, una corroboración de índole física.

2 comentarios:

Patricia Hernández dijo...

porque gomez tiene que dejarlo todo por la escritura?

Pedro Kuy dijo...

Atenta Talita: La escritura creativa, para Gómez, es siempre un sucedáneo de la muerte. Y cada vez que empieza a escribir algo interesante, por lo común deja de trabajar, se encierra y él cree que así produce más, mejor y que vive e acuerdo con lo que él denomina su "causa". Pero, de veras, es un personaje tan controvertido que más vale ni pensar en él.