Quise ser escritor, quise encontrar
en la prosa una forma de ficción
que pudiera plasmar mi condición
itinerante… y no dejé de hablar.
Retorné a la poesía, ese lugar
en el que estaba, atenta, la niñez.
Hice de eso mi savia, y otra vez
me desbocaba: no dejé de hablar.
Entonces quise ser otro: lo fui.
Fui amante, fui adecuado, fui papá
y no dejé de ser trabajador.
¿Y el dios de la Tormenta que hay en mí,
la palabra precisa, dónde está?
Hoy no consigo hablar de ese dolor.
en la prosa una forma de ficción
que pudiera plasmar mi condición
itinerante… y no dejé de hablar.
Retorné a la poesía, ese lugar
en el que estaba, atenta, la niñez.
Hice de eso mi savia, y otra vez
me desbocaba: no dejé de hablar.
Entonces quise ser otro: lo fui.
Fui amante, fui adecuado, fui papá
y no dejé de ser trabajador.
¿Y el dios de la Tormenta que hay en mí,
la palabra precisa, dónde está?
Hoy no consigo hablar de ese dolor.
3 comentarios:
Me gusta. Me gusta tu manera de explicar lo necesario de tu válvula poética.
Me gusta.
Y a mí me encantó la hitoria de vos y de Tiránico.
La moto.
La lluvia.
Ustedes dos.
Chico, solo hay que buscarla...
Dejarla fluir...
O, como decía Picasso, encontrarla.
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