miércoles, agosto 06, 2008

Un pozo.

Hoy hice lo siguiente:

Tenía un pomelo y una botella de vodka. Corté el pomelo al medio y exprimí una de sus mitades: vertí el contenido en un vaso y lo completé con vodka. Lo bebí mientras leía poesía. Después corté la otra mitad, hice lo mismo y me entoné, es decir, sentí el deseo y la necesidad de tomar más. Entonces puse agua a hervir en una pava, preparé media taza de café y la otra mitad la LLENÉ con vodka. Y salí a caminar por Buenos Aires, Buenos Aires, por la que hace tanto tiempo que no ando. Y ahora qué? me metí en un cyber y empecé a garrapatear estas palabras. Y acabo de separarme. Y el mundo se reduce a lo siguiente. Un circo, en cuya pista corre un caballo que gira y gira sin saber por qué ni adónde va. De pronto, la bailarina salta sobre la grupa del caballo y el caballo se anima, y parece correr con más talento: su porte es bello; su andar, pausado. Quién sabe si yo soy ese caballo. Lo cierto es que la bailarina salta cerca de mí, me invita. Y a su encuentro ahora voy, como hacia un pozo.

2 comentarios:

anais dijo...

Si no tenés con quien tomar esa exquisités, vodka (que presupongo de excelente calidad, de Smirnoff para arriba) con pomelo recién exprimido, avisame. Allí estaré. Al café, después, podemos agregarle lo que quieras y haya. Combina muy bien con caña durazno.

(Re) BIenvenido a la Ciudad de la Furia.

P.

Pedro Kuy dijo...

Anais, tus palabras me halagan.